Nachtmusik_ Alemania en 3 veladas musicales

Jueves 7 de julio de 2016, 22h
Winterreise. Lied con mucha historia

Damián del Castillo, barítono
David Aijón, fortepiano

Obras de Schubert

Podríamos definir el lied como la musicalización de poesía alemana que, durante el tardío siglo XVIII y todo el XIX, fraguó en la forma de canción de concierto para voz y piano. Además de una obra maestra temprana y absoluta de la historia del lied, el ciclo Winterreise es testimonio de un Franz Schubert gravemente enfermo y plenamente consciente de su muerte inminente. Como estructura argumental encontramos desolación, aislamiento, enajenación y dolor infinitos expresados, irónicamente quizá, por música de indescriptible belleza. Este recital lleva por título Lied con mucha historia, pues se plantea desde un enfoque historicista al incorporar un fortepiano de época y rescatar técnicas vocales e instrumentales prácticamente olvidadas. De este modo nos aproximamos a esta música de un modo más íntimo –y probablemente más fiel– que el que difunden las prácticas interpretativas desarrolladas desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.

Viernes 15 de julio de 2016, 22h
Aires y fuegos barrocos

Iñigo Aranzasti, violín barroco
Alberto Martínez Molina, clave
Ruth Verona, violoncello barroco

Obras de Bach, Biber, Froberger, Haendel y Telemann

El concierto Aires y fuegos barrocos explora las emociones que la música alemana de los siglos XVII y XVIII esconde en sus partituras. Desde un retrato musical de la Anunciación (H.I.F. von Biber, s. XVII), hasta los afectos del barroco pleno presentes en la música de Haendel y Bach, este concierto pretende mostrar y demostrar que el romanticismo, más allá de su consideración como un estilo o una época, no se desarrolló sólo en el siglo XIX: es inherente al espíritu germánico y a toda su historia del arte.

Miércoles 20 de julio de 2016, 22h
Grand Duo. La orquesta imaginaria

Dúo Moreno Gistaín
Juan Fernando y José Enrique Moreno Gistaín, piano a cuatro manos

Obras de Brahms y Schubert

Las obras que componen este concierto tienen una idea en común: están escritas para una orquesta que sólo va a existir en la imaginación del oyente. Con frecuencia los fotógrafos advierten que la riqueza de una escena es ingobernable, y entonces escogen el blanco y negro. Excluir el color no supone una renuncia a la expresividad: muy al contrario, la potencia, ya que entonces se puede dirigir mejor la atención del espectador hacia el mensaje. Del mismo modo ocurre con el uso orquestal del piano a cuatro manos, que el dúo Moreno Gistaín despliega con su gran paleta de colores y timbres, en estas obras maestras de Brahms y Schubert sobre las que sobrevuelan los espíritus y los grandes temas del romanticismo alemán.