Directo desde New York_ Luis Pedromo

Luis Perdomo, piano solo (9/7/2013)

En un house concert dedicado al ritual de un concierto a piano solo, en Lo Otro fuimos testigos de por qué Luis Perdomo es, según la crítica, “capaz de hacer una sólida competencia a todos los Keith Jarretts del mundo” (Jazzwise UK), o “un improvisador increíble que está creándose un nombre a base de asaltar febrilmente el límite vanguardista de las principales corrientes del jazz” (Village Voice).

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Desde su lenguaje personal y heterodoxo –escuchamos desde ecos latinos hasta las influencias Bud Powell, Oscar Peterson o McCoy Tyner– Luis nos ofreció temas originales de sus últimos trabajos discográficos –“The other left”, “Unexpected”– intercalados con algunos standards, en lo que resultó una sesión de altísimo nivel.

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Luis Perdomo habla fluidamente el idioma de la improvisación y todos sus dialectos, incluidos los latinos: muestra de esto último es su dominio de los pulsos entrecortados y los compases asimétricos como los del “mozambique”, ritmo que intenta trasladar al terreno pianístico las percusiones afrocubanas. De altura y físico imponentes –su mano izquierda alcanza una undécima aumentada sin problemas–, Perdomo se desliza por el teclado con una facilidad notable y tranquila. Sin caer nunca en lo fácil, muestra cierta predilección por las armonías ásperas y cuartales, a través de las que bordó standards como ”Hi-fly” de Horace Parlan, “Oblivion” de Bud Powell, “Solar” de Miles Davis, o “Lush life” de Billy Strayhorn. Luis extrajo las sonoridades más líricas a nuestro Mason & Hamlin con “Elena”, tema compuesto por Mimi Jones, bajista (y su esposa).

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Continuando la tradición de hacerle un mimo al piano del Café Central, Perdomo subió a desgranar “Evidence” de Thelonious Monk con renovada e inspirada soltura, quién sabe si al influjo del Yamaha C3 (¿cuántos “Evidence” geniales habrá sonado este instrumento en sus 20 años de club…?) en lo que hubiera dado de sí otro pase excepcional.

SONANDO EVIDENCE EN EL C3 DEL CENTRAL
SONANDO EVIDENCE EN EL C3 DEL CENTRAL

Gracias a Chema García Martínez, crítico de jazz de El País, por su crónica publicada en su blog:

GLORIA A MONK EN LAS ALTURAS_ LUIS PERDOMO EN LO OTRO

Opina Luis Perdomo que para tocar a Monk hay que subir muy alto.

Gloria a Monk en las alturas.

Para tocar “Evidence”, que es lo último que debe tocarse cuando se ha tocado a Miles –“Solar”- y a Billy Strayhorn –“Lush life”-, se debe ascender las alturas y sentarse al piano en el que otros han tocado “Evidence” una, mil veces. El antiguo piano del Café Central que en Lo Otro se conserva como una reliquia.

Gloria a Monk en las alturas.

Ya no le vemos –el pianista, alto y fuerte, allá arriba-, sin embargo, podemos escuchar su música. Monk. “Evidence”. El antiguo piano del Central suena aquí mejor, más claro y nítido. Y es un placer, y un lujo, escuchar a Luis Perdomo subido al entresuelo, tocando a Monk; y es un placer, y un lujo, tenerle en la sala de estar de Lo Otro, tocando a Miles, y a Strayhorn, y a Mason & Hamlin, lo que sucedió anoche, en éste mismo lugar, a dos pasos del Retiro y a uno de la M 30, entre las 20:00 h. y las 21:30 h, aprox.

Gloria a Monk en las alturas.

Monk se hace carne y sangre –Monk es ambas cosas- en Perdomo; sus dedos anchos y fuertes son los de quienes le precedieron tocando este piano, Montoliu (que tocaba “Evidence” de una manera no muy diferente a la de Perdomo) y Don Pullen; Randy Weston (que aprendió a permanecer callado ante Monk) y Mal Waldron… García de Cubas-“Lo Otro”, que lo trajo a su sala de estar, anda haciendo la lista para el libro que verá la luz sabe Dios cuándo.  Acaso podría pensar en escribir la historia de quienes tocan, han tocado y tocarán el Mason & Hamlin en el que Perdomo interpretó a Miles y Strayhorn, pero no a Monk; porque a Monk, siempre, hay que tocarle en las alturas.

Chema García Martínez

LUIS PERDOMO Y JUAN GARCÍA DE CUBAS
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