¡OLE! Música española en las exposiciones universales (6/4/2013)
Marta Espinós, piano
En su segunda visita a Lo Otro, la pianista Marta Espinós ofreció en primicia un recital de piano comentado, como preludio a su inminente gira por EEUU patrocinada por la Fundación Joaquín Achúcarro. Calentando motores para su ruta por New Orleans, Dallas y Chicago, Marta nos llevó a un viaje pianístico de sabor español: un atractivo programa preparado para el New Orleans Museum of Art, que relacionaba la música para piano relacionada con España y su papel en las exposiciones universales.
Repertorio muy conocido, pero presentado desde una curiosa e interesante perspectiva: obras directamente inspiradas, interpretadas o encargadas con motivo de alguno de estos macroeventos culturales de finales del siglo XIX y principios del XX.
Como en todos sus conciertos comentados, Marta se metió al público en el bolsillo. Sus comentarios desvelaron los secretos que esconden la música de Debussy, Mompou y Albéniz que hizo brotar en nuestro Mason & Hamlin. Desde la embriagadora evocación del ocaso en Granada, hasta el taconeo y el jaleo de unas sevillanas en un tablao. Desde las armonías personalísimas y contemplativas de Mompou, hasta los ritmos irresistibles de unas seguidillas castellanas. Marta nos reveló cómo la música puede contarnos claramente una historia: por ejemplo, la serenata frustrada de un pretendiente al que le dan calabazas.
O la visita, a ratos apasionante y a ratos aburrida, de un individuo que recorre los pabellones de una expo universal. Su capacidad de comunicación convierte un concierto en una experiencia que engancha, ya que provoca en el público una escucha expectante y activa, que sería mucho más difícil de propiciar sin las palabras previas a cada pieza.
Tras los aplausos que reclamaban un bis, Marta subió a la la primera planta. Ahí reside el piano que fue del Café Central, que está siendo reparado y puesto a punto minuciosamente por Leonardo Pizzolante. Marta tuvo el placer y honor de inaugurar lo que se convertirá en ritual de la casa: que todos los pianistas que pasen por Lo Otro paseen sus manos también por nuestro querido Yamaha C3, que tanto jazz ha generado. Y qué mejor manera que con un ejemplo de influencia jazzística en un compositor de “clásica”: un movimiento de la “Sonatina para Yvette”, de Xavier Montsalvatge, que incluye armonías y giros que recuerdan al jazz.
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