Homenaje a Edith Piaf… y más (22/6/2013)
Ana Salazar, baile, voz, letras, adaptaciones y coreografía
Guillermo McGill, percusión, composición y arreglos
Miguel Ángel López, piano y arreglos
Arropada por los excepcionales Guillermo McGill a la percusión y Miguel Ángel López al piano, Ana Salazar nos erizó la piel en Lo Otro. Desde las versiones de Edith Piaf que le rindieron homenaje en el 50º aniversario de su muerte, hasta temas propios de honda inspiración, este trío derrochó entrega, sensibilidad y emoción de principio a fin.
Con una trayectoria internacional a sus espaldas impresionante, nuestros invitados han compartido escenario con los mejores artistas del mundo del flamenco y del jazz: nombres como Antonio Canales, Eva “La Yerbabuena”, Chano Domínguez, Brad Mehldau, Perico Sambeat o Javier Colina son solo algunos de ellos.
Sin embargo, la bailaora y cantante demostró que esto no es obstáculo para que el músico tienda puentes de complicidad y confianza con el que escucha. Ana nos lanzó desde el principio un manifiesto de autenticidad: los que allí iban a hacer música, se disponían a hacerlo con cariño, honestidad y verdad, una rareza cada vez más difícil de encontrar. Como un collar de vivencias, Ana Salazar nos reveló una a una las historias que escondía cada canción, antes de desgranarlas con su voz, tan difícil de describir.
Porque el pájaro que encierra este mujer en su garganta y en su cuerpo es de los de plumaje raro y hermoso. Velada y abrumadora, tremendamente comunicativa, transmisora de calidez, Ana crea y va hilando con maestría un sonido que transporta al que escucha. Y en ese hilo sonaron, entre otros, temas propios como “Conclusión” o “Andrés y el mar”; temas dedicados como la preciosa y poética “Fotografía”; o las versiones de Piaf “La vida en rosa”, “Historia de amor”, “Ding ding dong” e “Himno al amor”.
Nos regalaron un binomio sobre el tiempo, que es como un “yin-yang” con sus estragos y sus alegrías: la oscura “Con el tiempo” de Leo Ferré, contrarrestada por la más luminosa “Tiempo”, de Martínez Ares. “Blue in Green” de Miles Davis aportó la dosis de jazz instrumental, en el que Guillermo y Miguel Ángel dialogaron durante un instante de reposo de Ana. Imposible no subrayar la enorme capacidad de escucha de ambos hacia la cantante. A su lado, la acompañaron en el sentido más arropador del término, siempre atentísimos a las ductilidades de la voz de Ana.
Con tacto y acierto, Miguel Ángel aportó desde el piano Mason & Hamlin las armonías, mientras Guillermo realizaba algo aparentemente inimaginable: crear un ambiente envolvente desde sus instrumentos por naturaleza percusivos, un tejido suave, acolchado y sin estridencias que permitía a Ana desplegar ese hilado y bordar sobre él verdaderas filigranas sonoras. Y la noche terminó con una sobrecogedora y erizante “Por la vida” de Artie Butler y Phyllis Molinary, que nos traspasó la piel y más. Una velada que que nos dejó sin aliento, pero a la vez, con el mayor de ellos.
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