Agustí Fernández, piano (16/6/2012)
Cualquier motivo es bueno para escuchar a Agustí en Lo Otro… o en donde sea. En esta ocasión fue por la presentación de “El laberint de la memòria”. (Mbari Música, 2011), su último trabajo discográfico.
Ello fue posible gracias a Raúl Mao y Maria Antonia García, directores de Cuadernos de Jazz. Esta es la crónica que publicaron del house concert, redactada por Chema García Martínez:
En algún lugar, con Agustí Fernández
Lo que en Wells fue intuición en Hawking es probabilidad científica: se puede evitar lo inevitable y, si no, ahí están Billie Holiday y Dexter Gordon, en el ocaso de sus vidas trágicas y fecundas, probando que el tiempo es sustancia dotada de un cuerpo cierto susceptible de ser manipulado a discreción. Bien entendido que se habla de experiencias puntuales y, por eso mismo, preciosísimas. Como la que vivimos el sábado en un rincón de la geografía madrileña convertido en inimaginable sala de conciertos; un lugar tan improbable como su nombre: Lo Otro.
Podría hablarse de una concurrencia de factores improbable de las que terminan con el personal asomado a la terraza viendo, o pretendiendo haber visto, al planeta Venus ocultándose tras un anillo de luz amarillo-fosforescente. El intérprete y el instrumento Mason & Hamlin eran los adecuados; el lugar y el momento, los precisos. “Esto lo estoy tocando mañana”, dijo Johnny Carter. Y ya no hubo hoy, ni ayer, ni mañana.
Agustí Fernández -tenía que ser él- dio en abrir las puertas imprecisas de algún lugar más allá del tiempo que él sitúa en su memoria, a partir de la huella que le han dejado los clásicos, Falla, Albéniz, Mompou y hasta Carles Santos. Un asunto al que ha dedicado su último disco que alguno piensa que es el más personal suyo, porque es el menos personal (o no). En él, Fernández se convierte en geógrafo de un misterioso país sin fronteras transitado por una extraña fauna de preludios evanescentes, apariciones y desapariciones, finales que son comienzos y procesiones que van a ninguna parte… en sus manos, la música de la memoria se hace presencia tangible y palpable, lírica y pavorosa, a veces. Y es de notar el hecho de que, junto a todo ello, por vez primera se avenga a interpretar música ajena. Verbigracia, su visión canónica y alucinada de Silent Tongues (Cecil Taylor), siguiendo la tendencia que otros -Vandermark, Atomic- marcan y él mejora sustancialmente. O su versión de una versión de All the Things You Are bajo el título de All, tan abrumadora y elocuente como la propia composición de Peter Evans. Agustí interpreta a Evans que interpreta a Oscar Hammerstein y Jerome Kern.
La velada, intensa, magnífica, terminó con el mujerío presente en la sala –Irene Aranda, Marta Espinós– tomando el poder del instrumento -el piano- y Fernández dando el visto bueno a la música de la una y la otra, y tocando con la segunda el aria de las Variaciones Goldberg a cuatro manos y dos claves distintas (ver vídeo) que no se las salta un Glenn Gould. Pa’ habernos matao.
© Cuadernos de Jazz, junio-2012
Agustí Fernández está conceptuado como uno de los músicos más importantes de la escena europea en el ámbito de la libre improvisación. Este aspecto principal de su trabajo es lo que quizá haga que muchos amantes de la música todavía no se hayan acercado a él para conocer esa otra faceta algo oculta del pianista, la que sin alejarlo de su línea principal muestra su aspecto melódico, lírico, el Agustí Fernández que se funde con el piano en composiciones propias o lecturas personales como las que se incluyen en este trabajo que presentó en Madrid: un concierto que será recordado, ocasión única que quedó registrada en ese laberinto de la memoria al que alude el pianista y que llegó de forma particular a cada uno de los asistentes.
Comments are closed.