MONTEVERDI. BOCETOS EN JAZZ

Auditorio del Museo Nacional del Prado (18/5/2018)

Moisés P. Sánchez, piano
Miron Rafajlovic, trompeta

Monteverdi. Bocetos en jazz es un comisariado musical de Lo Otro con motivo de la exposición Rubens. Pintor de bocetos y el Día Internacional de los Museos 2018, cuyo lema es Museos hiperconectados: Enfoques nuevos, públicos nuevos.

¿Monteverdi alucinógeno… o revolviéndose en su tumba?

La propuesta de Monteverdi. Bocetos en jazz lanzó una mirada transversal al entorno musical y artístico de Rubens, revisitando obras del principal músico de su época, Claudio Monteverdi, quien trabajó, al igual que el pintor, al servicio del Duque de Mantua.

Desde el concepto del boceto como elemento preparatorio y magistral a la vez, el pianista Moisés P. Sánchez y el trompetista Miron Rafajlovic, dos figuras del panorama jazzístico internacional, tomaron como punto de partida esbozos melódicos y armónicos del compositor italiano para revelar paralelismos entre ambos procesos artísticos.

Se pudieron escuchar en primicia arreglos y adaptaciones de Moisés realizadas ex profeso para esta ocasión, de madrigales y canzonas como Ave Maria, Canzona O Primavera, Si Come

Crescon, Raggi D´ovel Mio Bene, Ecco Mormora l’onde, Christe Adoramus Te, A Un Giro Sol Spernit Deus como bis. Sobre la base de estos materiales, Moisés y Miron esbozaron su impresión monteverdiana a través de su lenguaje propio. Imaginamos a Rubens con oídos como platos cuando, sobre el motete Christe adoramus te, Moisés trabajó con una loop station, consiguiendo un lienzo de sonoridades casi sobrenaturales sobre las que acabaron de esculpir su particular jazzificación. Con profundo respeto por la estética tardorrenacentista del compositor, Moisés y Miron demostraron virtuosismo de elevadas miras, sin caer jamás en el fuego de artificio fácil o las sendas más trilladas.

Una oportunidad, tanto para los aficionados al jazz como al arte, de disfrutar de dos de los colosos artísticos del seicento italiano desde una perspectiva inusual, en el entorno privilegiado del Museo del Prado.

Fotografías © Lo Otro